1. Crea una distribución funcional
Antes de hacer cualquier cambio, lo primero que debes considerar es cómo utilizas el espacio. ¿Es un lugar para ver televisión en familia, leer o incluso trabajar? Adaptar la distribución del mobiliario según el uso que le des al salón hará una gran diferencia en la comodidad.
Piensa en la circulación del espacio. Los muebles no deben obstaculizar el paso; en su lugar, deben invitar a moverse con fluidez. Coloca los sofás y sillones de forma que todos puedan ver tanto la televisión como interactuar entre ellos.
2. Iluminación
Uno de los elementos más importantes y subestimados en la decoración es la iluminación. La forma en que iluminas tu salón puede influir en el ambiente y la funcionalidad del espacio.
Aprovechar al máximo la luz natural durante el día no solo hará que tu salón se sienta más grande, sino que también reducirá la necesidad de iluminación artificial. Opta por cortinas ligeras o visillos para permitir que entre la mayor cantidad de luz posible.
La clave para una buena iluminación es crear capas. En lugar de depender únicamente de una lámpara de techo, mezcla distintos tipos de iluminación:
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- Lámparas de techo que iluminen todo el salón de forma equilibrada.
- Lámparas de pie o de mesa cerca de sofás o zonas de lectura. Son perfectas para crear rincones acogedores.
- Pequeñas luces o tiras LED detrás de estanterías, en cuadros o incluso bajo los muebles pueden añadir calidez y carácter a la habitación.
Elige luces con una temperatura cálida (alrededor de 2700-3000K). Esto crea una atmósfera acogedora, a diferencia de las luces frías, que pueden hacer que el espacio se sienta más formal y frío.
3. ¿Hace falta mucha decoración?
Cuando se trata de decoración, muchos piensan que más es mejor, pero en realidad, menos puede ser mucho más efectivo. La clave es elegir piezas con intención y darle un propósito a cada elemento decorativo.
Los colores suaves y neutros como el beige, gris o blanco roto dan sensación de calma y hacen que el espacio parezca más amplio. Puedes añadir toques de color a través de cojines, mantas o arte en las paredes.
Si bien la decoración debe ser moderada, jugar con las texturas puede hacer que el salón se sienta más acogedor. Combina cojines de diferentes tejidos, mantas gruesas y alfombras mullidas para añadir calidez sin sobrecargar el espacio.
Las plantas siempre son una gran adición a cualquier salón. No solo aportan un toque de color natural, sino que también purifican el aire y ayudan a crear un ambiente más relajado.
Opta por piezas decorativas que también sirvan un propósito. Por ejemplo, mesas de centro con almacenamiento oculto, estanterías minimalistas o cestas decorativas que mantengan el orden en tu salón.
4. Financiación de la renovación de tu hogar
Antes de empezar, establece un presupuesto realista. Prioriza los cambios más urgentes o aquellos que tengan un impacto inmediato en el confort del salón, como muebles nuevos o mejorar la iluminación.
No es necesario hacer todos los cambios de una sola vez. Planifica la renovación en fases, empezando por lo más importante, como el mobiliario, y dejando la decoración para el final.
Los descuentos en tiendas de muebles, outlets o incluso las ventas de segunda mano pueden ayudarte a encontrar piezas de calidad a precios más bajos.
Si deseas hacer una renovación completa, los microcréditos pueden ser una opción. Sin embargo, es importante comparar diferentes microcréditos y asegurarte de elegir la opción con la tasa de interés más baja y condiciones favorables.
Algunos bancos ofrecen préstamos específicos para reformas en el hogar con tasas de interés más competitivas. Estas pueden ser una excelente opción si planeas una renovación importante.
¡Es hora de darle a tu salón el cariño que se merece y convertirlo en ese refugio acogedor para ti y tu familia!